La Piedra del Sol
Pocos conocemos realmente el significado, origen y simbología de uno de los iconos más representativos del pueblo mexicano: la Piedra del Sol.
La Piedra del Sol es un disco monolítico de basalto con inscripciones referentes a la cosmogonía mexicana y a los cultos solares. Es común e incorrectamente llamada Calendario Azteca.
La roca que da origen al monolito se remonta hacía el año cero, cuando es arrojada en forma de lava por el volcán Xitle. Proviene del sur de la Cuenca de México, tal vez de San Ángel o del sur de Xochimilco.
Fue labrada durante la época de esplendor de los Mexicas, alrededor de 1512, y las imágenes en su superficie se refieren a la cosmovisión de ese pueblo.
El monolito sintetizó el conocimiento astronómico que los antiguos mexicanos habían desarrollado hasta antes de la conquista española. La piedra fue localizada «circunstancialmente» a finales del siglo XVII en el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México, donde había sido depositada con el relieve hacia abajo y cuidadosamente enterrada para no ser destruida por los evangelizadores españoles durante el periodo colonial.
Según el arqueólogo Felipe Solís, «los sobrevivientes a la hecatombe protegieron su diseño con una capa de cenizas volcánicas o arena, con lo que la salvaron de una inminente destrucción.»
Pero la fecha exacta de su descubrimiento, el 17 de diciembre de 1790, pone en evidencia que su resurgimiento de las entrañas de la tierra fue un acontecimiento magistralmente planeado, ya que en esa fecha comenzaba el año trece carrizo. El simbolo colocado en la parte superior del Calendario Azteca.
La Piedra del Sol es uno de los monolitos más antiguos que se conserva de la cultura mexica. En el Templo Mayor de México-Tenochtitlan, robablemente ocupó un destacado lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalco.
Antes del reciente descubrimiento del monolito de Tlaltecuhti, dios-diosa de la tierra, con sus 4 por 3,57 metros de altura y que se encuentra actualmente en proceso de salvamento y restauración, se pensaba que la Piedra del Sol era el más grande en dimensiones.
Fue derribada o enterrada al consumarse la Conquista de México y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo, la plaza mayor de Ciudad de México. En distintas épocas la piedra ha sido colocada en diversos sitios, entre ellos el exterior de la pared poniente de la catedral metropolitana. Actualmente se exhibe en la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia, ubicado en el conjunto del Bosque de Chapultepec; y por el lugar que ocupa al interior de la sala, se le puede considerar la pieza más importante.